UNIDAD 5: MÚSICAS VIAJERAS

PRÁCTICAS INSTRUMENTALES



Os recuerdo que la teoría musical que os entrará en el examen será la del tema 6
(indicaciones de expresión y articulación)

 
 CONTEXTOS MUSICALES: EL ROMANTICISMO



 1.   INTRODUCCIÓN



     El Romanticismo es quizá la época más brillante de la historia de la música, ya que por primera vez el lenguaje del sonido se convierte en un arte privilegiado por encima del resto de las artes; representa el período de una aparente dominación del instinto sobre la razón, de la imaginación sobre la forma, del corazón sobre la cabeza.

    La música romántica es fruto de la nueva sociedad surgida de la Revolución Francesa, que exalta la libertad del hombre por encima de todas las cosas. El compositor ya no está atado a un mecenas y es admirado y reconocido como “genio” creador por el público. Sus temas preferidos serán la vida y la muerte, el amor, la naturaleza, la noche, la fantasía, lo exótico, etc.

   
    La música adquiere una gran libertad formal y expresiva donde la melodía es el elemento más importante. El movimiento y la pulsación son más flexibles y los efectos dinámicos constantes. 

   La música instrumental predomina sobre la vocal. Desde el punto de vista sociológico, la música se convertirá en el lenguaje de todas las clases sociales, comenzando a cultivarse en todos los hogares europeos.

  Habrá una rica producción de pequeñas obras para piano y voz, y al mismo tiempo grandes obras como la ópera y la música sinfónica. Surgen como formas nuevas las piezas breves de piano, el lied, la música programática y el drama musical. La orquesta experimenta un gran crecimiento y en los instrumentos solistas se potencia el virtuosismo.

  El Nacionalismo surge como un componente más del Romanticismo que busca reforzar la idea de individualidad, de destacar lo característico y lo propio a través del uso del folclore.




-ETAPAS DEL ROMANTICISMO




       En general, podemos hallar en casi todos los autores unas fechas coincidentes que nos ayudan a establecer tres períodos diferenciados:


  • Romanticismo temprano (1800-1830). En este período podemos centrar las actividad del último Beethoven, Weber y Schubert. Los dos últimos están unánimemente considerados como los primeros compositores plenamente románticos. En cuanto a Beethoven, como vimos en el tema anterior, aunque culmina la tradición clásica, anticipa muchos logros del Romanticismo.
  • Romanticismo medio (1830-1860). En este período se enclavan las obras de Schumann, Mendelssohn, Chopin y Berlioz. Sin embargo, esta generalización presenta bastantes problemas, debido fundamentalmente a la ausencia de unidad estilística y a los distintos contextos geográficos en los que estos músicos desarrollaron su actividad.
  • Romanticismo tardío (1860-1890). Podemos situar en este período a Wagner, Brahms, Bruckner y Hugo Wolf, entre otros. En esta última parte del siglo se diversifican las tendencias y numerosos autores son reticentes a considerarlo una etapa unificada tardía del Romanticismo.

      En general, podemos considerar la muerte de Chopin en 1849 como un punto de inflexión desde las tendencias tempranas del Romanticismo hacia las consecuencias más radicales que aparecen desde 1850 personificadas fundamentalmente.



2.   LA MÚSICA INSTRUMENTAL


2.1. LA MÚSICA SINFÓNICA


La orquesta creció considerablemente en este período, sobre todo en la sección de viento y percusión. El siglo XIX es considerado la “era de los vientos” por el vertiginoso desarrollo técnico que experimentaron en esta época. Esta sería la disposición de la orquesta romántica:



A la hora de tomar un punto de partida en la música romántica tenemos que mirar a la figura de L.V. Beethoven.  La música sinfónica del siglo XIX sigue dos caminos, ambos originados en el genial compositor alemán:

• Uno de estos caminos partía de la Cuarta, Séptima y Octava sinfonías y conducía a la
música “pura” en las formas clásicas fijadas, es decir, música encuadrada en una forma clara y sin ningún mensaje extramusical: arte por el arte. Esta línea compositiva tendría como principales representantes a compositores como Mendelssohn o Johannes Brahms.

• El otro nacía de la Quinta, la Sexta y sobre todo la Novena Sinfonías y se dirigía a la música programática y las formas no convencionales. Ya sabemos que el hecho de utilizar la música como un lenguaje descriptivo no es una novedad, pero si es ahora cuando surge un género nuevo capaz de materializar ese poder evocador de la música. Nacen así la sinfonía programática y el poema sinfónico:

-       La sinfonía programática es una sinfonía que en lugar de basarse en una estructura formal, se desarrolla en torno a la descripción de un programa o argumento, generalmente de carácter literario. El creador de este género es el compositor francés Héctor Berlioz (1803-1869) con su obra Sinfonía fantástica. Episodios de la vida de un artista, compuesta en 1830. 

-       El poema sinfónico es una composición en un solo movimiento basada en elementos poéticos o descriptivos. El creador de este género es Franz Liszt. Este nuevo género de música programática será cultivado con frecuencia por compositores románticos posteriores y especialmente por compositores nacionalistas.



VEAMOS UN EJEMPLO DE UN POEMA SINFÓNICO... ¡EL APRENDIZ DE BRUJO!




   Esta obra es un poema sinfónico basado en la balada de Goethe EL aprendiz de Brujo. Cuenta la historia de un travieso aprendiz, que aprovechando la ausencia de su maestro, toma su libro de conjuros y su gorro mágico y pronuncia un encantamiento para que una vieja escoba le haga el trabajo de acarrear cubos de agua y fregar. El aprendiz no sabe deshacer el conjuro y la escoba comienza a inundarlo todo de agua. Cuando regresa el mago, salva la situación con sus poderes y reprende severamente al aprendiz.

    La música de Paul Dukas, el compositor,  refleja el enfrentamiento del aprendiz de brujo y la escoba, cuyos temas constituyen el material principal de la obra. Éste es el texto de la balada del poeta alemán Goethe en el que se basa la composición:

Al final el viejo brujo se ha ido, y ahora me toca a mí invocar a los espíritus. Me he fijado en sus palabras y en sus gestos, he aprendido su fórmula, y con la fuerza de mi mente yo también haré milagros. Hagamos un amplio espacio para que el agua pueda correr libre hacia el baño. Y ahora, ¡ven conmigo escoba!, ¡coge estos trapos! Tú que has sido esclava durante tanto tiempo, piensa hoy en cumplir mi voluntad. Te ordeno que andes sobre dos pies, con la cabeza alta. Corre rápido y date prisa en ir a sacar el agua. Hagamos un amplio espacio donde el agua corra libre y se recoja en el baño. ¡Bravo! Ya baja a la orilla, ya está junto al río y vuelve más rápida que un relámpago colmado el cántaro. Y otra vez vuelve y torna, ¡cómo rebosa el cubo! Ya está bien, ¡para! No necesito más tus servicios. ¡Oh! Ahora me doy cuenta: ¡Desgracia! He olvidado la palabra mágica. La palabra mágica para hacerla volver a lo que antes era. Ella corre y se agita sin parar; ¡párate, vieja escoba! Sigue trayendo cubos y cubos, y cien ríos se precipitan sobre mí. No, no puedo soportarla más tiempo. Tengo que detenerla. Es demasiado mala. Mi angustia aumenta y ella se subleva; ¡Vaya una cara!, ¡vaya unos gestos! ¡Venganza del infierno! ¿es que quieres inundarme la casa? Ya veo sobre cada planta correr torrentes de agua. ¡Condenada escoba! Que no quiere oir nada.¡ Eres tonta! ¡Estate quieta! Si no paras tendré que darte un golpe y cortaré tu vieja madera con mi hachuela. ¡Mírala, todavía sigue, espera que te cojo! Un momento… ya verás, te tiraré al suelo… ¡Toma… para tu escarmiento…! Y el hacha la alcanza. La escoba cruje, se queja. El golpe ha sido certero. Te he partido en dos y ahora respirar ya puedo. ¡Desgracia! ¡Desgracia! Ahora se mueven dos trozos y se han convertido en dos escobas. ¡Ayuda, poderes mágicos! Cómo corren las dos escobas. El agua invade cada vez más la habitación y los pisos. ¡Qué inundación tan espantosa! ¡Ayuda maestro brujo! ¡Escucha mi grito!... Por fin llega el maestro.
- Maestro, el peligro es grande. No puedo deshacerme de los espíritus que he invocado.
-¡Escobas al rincón! Volved a ser lo que erais, pues el maestro no os ha dado vida más que para servir su intención.





2.2. EL PIANO


Es el instrumento preferido del Romanticismo, ya que por sus características permite la interpretación y expresión individual del sentimiento. Además, en esta época los grandes fabricantes de pianos perfeccionaron el instrumento mejorando el sistema de palancas para hacer más sensible el teclado al toque del intérprete (doble escape) y añaden el pedal de resonancia que permite liberar y mantener el sonido. Esas son las principales diferencias entre el pianoforte que conocieron Mozart y Haydn y el piano moderno que pudieron explorar los románticos, quienes, aprovechando las posibilidades expresivas del piano, crearán pequeñas piezas de carácter libre en las que dan rienda suelta a los sentimientos y la fantasía. Los títulos de estas piezas son muy variados y reflejan sentimientos intimistas (nocturnos, baladas, preludios), imaginación y fantasía (rapsodia) o recurren a temas y danzas populares (valses, polonesas, mazurcas, etc.) Entre los compositores más destacados se encuentran Chopin, Schubert, Schumann y Liszt.
 










3.     LA MÚSICA VOCAL


3.1.  El lied


      Las pequeñas formas son otra faceta de la expresión romántica, opuesta a las grandes formas sinfónicas. Es una música de salón compuesta para el disfrute en veladas musicales íntimas. Dentro de la música vocal, el lied ocupa este lugar.

     Lied significa en alemán canción y es una forma breve escrita para voz y piano sobre texto poético. Son piezas de estilo popular, sencillas y cortas, fáciles de cantar incluso por los no profesionales, en las que la melodía se une al poema para expresarlo en su totalidad. Las formas más utilizadas para el lied responden a esquemas muy simples. El más frecuente será el Lied estrófico, con la misma música para todas las estrofas (A A´A´´…). También es común la forma bipartita de dos secciones que normalmente se repiten (AB) y la tripartita en la que la tercera sección es repetición de la primera (ABA).


 Heidenroslein (Música: Franz Schubert. Texto: Goethe)


Letra:
Sah ein Knab' ein Röslein stehn,
Röslein auf der Heiden,
war so jung und morgenschön,
lief er schnell, es nah zu sehn,
sah's mit vielen Freuden.
Röslein, Röslein, Röslein rot,
Röslein auf der Heiden.
Knabe sprach: "Ich breche dich,
Röslein auf der Heiden!"
Röslein sprach: "Ich steche dich,
dass du ewig denkst an mich,
und ich will's nicht leiden."
Röslein, Röslein, Röslein rot,
Röslein auf der Heiden.
Und der wilde Knabe brach
's Röslein auf der Heiden;
Röslein wehrte sich und stach,
half ihm doch kein Weh und Ach,
musst' es eben leiden.
Röslein, Röslein, Röslein rot,
Röslein auf der Heiden.

Traducción:
Un muchacho vio una rosita,
rosita del matorral,
era muy joven y bella como el día,
corrió raudo para verla de cerca,
la contempló con gran gozo.
Rosita, rosita, rosita roja,
rosita del matorral.
El muchacho dijo: "¡Te voy a cortar,
rosita del matorral!".
La rosita dijo: "Yo te pincharé,
para que pienses en mí siempre,
y yo no quiero (soportar) eso."
Rosita, rosita, rosita roja,
rosita del matorral.
Y el muchacho impetuoso tronchó
la rosita del matorral;
la rosita se defendió y le pinchó,
sus quejas no le sirvieron de nada,
no tuvo más remedio que sufrirlo.
Rosita, rosita, rosita roja,
rosita del matorral.


3.2. La ópera

 

Durante el Romanticismo la ópera experimenta una gran evolución que lleva este género a su cumbre más alta y lo convierte en el espectáculo preferido de la burguesía acomodada. Se construyen grandes teatros por toda Europa y los cantantes se convierten en verdaderos divos gracias al lucimiento vocal de sus arias. Los tres centros más importantes de la ópera serán Italia, Alemania y Francia.

 
Italia


 

En Italia, cuna de la ópera, es donde surgen las principales escuelas que marcarán el desarrollo del género operístico en el resto de Europa. En la primera mitad del XIX veremos la culminación del belcantismo y el nacimiento del verismo. El belcanto es un estilo vocal que tenía como objeto la exhibición del cantante mediante pasajes melódicos de gran exigencia técnica que se desarrollaban en el registro agudo de la voz. Gaetano Donizetti (1797-1848) con L´Elisir d´Amore y Don Pasquale y Vincenzo Bellini (1801-1835) con Norma, son los máximos representantes del belcantismo. En la transición de la ópera clásica a la romántica situamos a la figura de Gioacchino Rossini (1792-1868) autor de óperas muy célebres entre las que se encuentra El Barbero de Sevilla, de 1816, quizás la ópera más representada del s. XIX.
Hacia mediados de siglo comienza a aparecer otra tendencia muy influenciada por el realismo y naturalismo literario: el verismo. Los argumentos de las óperas se centraran en la vida cotidiana y los sentimientos se expresarán sin idealizaciones románticas ni grandes pasajes virtuosísticos. En los comienzos del verismo se sitúa la figura clave de la ópera romántica: Giuseppe Verdi (1813-1901). Verdi no abandona el ideal del bel canto pero construye melodías más sencillas y de ritmos claramente marcados. Entre sus óperas destacan Mabucco, Rigoletto, La Traviata, Aida… Por último citar a Giacomo Puccini (1858-1924), inmerso ya en los ideales del verismo con obras como La Bohéme, Tosca o Madama Butterfly.





Alemania


 

En Alemania destaca la figura de Carl María von Weber (1786-1826) como iniciador de la ópera romántica con argumentos legendarios en los que la naturaleza y lo sobrenatural son protagonistas. Su obra más conocida es El cazador furtivo. Sin embargo, la gran figura de la ópera alemana es Richard Wagner (1813-1883) que en una primera época enlaza con la tradición romántica pero dará paso después a una gran reforma del género de enorme trascendencia en toda la música posterior.
Wagner concibe la ópera como la “obra de arte total” en la que se aglutinan todos los elementos (poesía, música, escenarios, acción) de forma inseparable. Su idea es crear un “drama musical” contínuo para el que emplea diversas técnicas como el “leitmotiv” (motivo musical que representa personajes, situaciones, etc.), la “melodía infinita” (sin un fraseo regular que marque cadencias claras) y un tratamiento protagonista de la orquesta con grandes efectos colorísticos y dinámicos. Los textos de sus óperas escritos por él mismo están inspirados en la mitología germánica. Entre sus obras destacan Tannhäuser, la tetralogía de El anillo de los Nibelungos y Tristán e Isolda.